Torre de Oficinas Mahler 4

Una escalera de incendios se ha trasladado desde el centro del edificio a su fachada, donde genera una vía de circulación vertical al aire libre preferida por sus ocupantes y amplía la superficie de planta utilizable dentro del edificio.

La torre de oficinas Mahler 4 está ubicada en un complejo de uso mixto de 160.000 metros cuadrados en el distrito Zuidas de Ámsterdam, un ambicioso proyecto de regeneración urbana situado aproximadamente a medio camino entre el centro de la ciudad y el aeropuerto de Schiphol. El plan director establecía una envolvente específica para cada edificio del complejo, que resultaba en la estructura tradicional de base, desarrollo y coronamiento de los rascacielos, que en este caso se reorientó en el plano para dar paso a una composición urbana más dinámica. El diseño de Viñoly buscó reinventar aquella estructura tripartita, unificando los tres volúmenes de la torre en una composición singular y dinámica por medio del uso de una escalera externa y parteluces de aluminio verticales.

Restando un volumen estrecho y espiral al cuerpo del edificio para animar cada elevación, la escalera para incendios externa envuelve la estructura y da vida a las fachadas. La escalera, que puede utilizarse cuando hace buen tiempo, proporciona una alternativa a los dos ascensores principales y crea espacios exteriores donde los empleados de las oficinas pueden reunirse, o que pueden programarse como pequeños jardines o plazas exteriores.

Para aumentar la sensación de uniformidad del volumen, el edificio está recubierto de arriba a abajo con cristal y aletas de aluminio anodizado, materiales con una capacidad reflectante sutil que responde incluso a los cambios atmosféricos más imperceptibles del clima holandés. A medida que los visitantes se desplazan alrededor del edificio, el espaciado de los parteluces verticales parece variar en densidad, otorgándole al edificio un aspecto dinámico y en constante cambio. El efecto combinado de la escalera externa y el recubrimiento dinámico del edificio favorece que se perciba no como una composición de planos apilados, sino como un elemento escultural único en movimiento constante.

En la planta baja encontramos un espacio comercial, con servicios independientes de los del resto del edificio. Un patio cubierto de dos plantas, protegido del clima por un techo de cristal, proporciona luz natural a la zona central del edificio en las plantas cuarta y quinta.